A la muerte del último Gran Maestre del Temple, Jacques de Molay, se
produce una encarnizada lucha entre las dos Hermandades que dirigen el
mundo. La primera, ostenta el poder político y el de la comunicación;
la segunda tiene en sus manos el dinero y la técnica de construir, Pero
ambas ansían un tercer poder, el religioso, representado en Occidente
por el Papa de Avignon. La profecía de Jacques de Molay en la hoguera,
augurando la muerte primero del Pontífice que no le apoyó, y más tarde
del rey Felipe IV que le condenó, será la excusa que probarán para
atraerse a los escasos caballeros del Temple que permanecieron libres.
En un escenario de disputas eclesiásticas por obtener el solio de
San Pedro, un viejo manuscrito de San Malaquías terminaría siendo
decisivo para una fumata blanca, que se retrasó más de dos años. Un
período durante el que las telarañas invadieron el viejo trono del
apóstol, mientras la cristiandad dudaba atónita entre las dos
interpretaciones contrapuestas del mensaje de Cristo.
Pues bien, curiosamente, la poderosa orden del Temple logró agrupar
durante casi dos siglos todos esos poderes con excepción del más eficaz
y eso fue lo que a la postre derivó en su triste y dramático final.
Pero sus mentores en la sombra aprendieron la lección y hoy sus
sucesores, a quienes llamaremos los Superiores Desconocidos dominan la
comunicación del mundo y al propio mundo con ello.
Editorial Ituci siglo XXI
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