lunes, 11 de agosto de 2014

LA ORDEN DEL TEMPLE EN EXTREMADURA

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Escrito por Núñez Seco, Luis
INTRODUCCIÓN
Para tratar de este tema es preciso remontarse al origen de esta Orden, y un rápido resurgimiento y disolución, pues sólo duró 192 años comprendidos desde su fundación en 1118 hasta su disolución en 1312, siendo durante este tiempo objeto de controversia.
En los comienzos del siglo XII, concretamente en 1118, los caballeros franceses Hugo de Payans y Godofredo de San Aldamano con otros siete caballeros también franceses, hacían ante el patriarca de Jerusalén los votos de pobreza, castidad y obediencia, comprometiéndose a la defensa de los peregrinos que caminaban a Tierra Santa. Habiendo sido reconquistada Jerusalén en la primera cruzada a finales del siglo XI, el entonces su rey Balduino II, concedió a estos caballeros una casa que según tradición creíase estar construida sobre el solar que ocupó el antiguo Templo de Salomón y de ahí les viene a estos caballeros el nombre de templarios y a su orden el de la Orden del Temple.

Fue san Bernardo quien, algún tiempo después, dio a la Orden su regla definitiva, después de lo cual el gran maestre Hugo de Payan viajó por Francia, Inglaterra y toda la Península Ibérica, haciendo gran proselitismo pues al poco tiempo se contaban por centenares el número de caballeros que ingresaban en la Orden, la cual en sus comienzos, según describe en su “Historia Universal” César Cantú, tenían una vida de gran austeridad, pues tenían que compartir un caballo para cada dos caballeros ocupándose ellos personalmente de su cuidado. También su armadura militar era muy pobre. Dicha armadura la cubrían con un hábito blanco con una gran cruz roja. De dicho hábito se despojaban al emprender campañas guerreras.
Con el paso del tiempo comenzó la Orden a tener una actuación mucho más guerrera que humanitaria, según puede verse en la historia cuando se trata de las Cruzadas. Ya las armaduras eran de gran lujo y riqueza, teniendo cada caballero hasta tres caballos y criados que se encargasen de su cuidado.
Este cambio fue debido a que durante los siglos XII y XIII se fueron incrementando enormemente sus riquezas debido a los grandes donativos hechos por pontífices, reyes y particulares, por lo cual llegaron a atesorar grandes riquezas consistentes a más de tesoros en metálico en escuadras, ciudades y castillos, lo cual constituyó la causa de su descrédito el cual culminó con la pérdida de la fortaleza de San Juan de Acre que era la última que conservaban los cristianos en Tierra Santa en 1239, pues Jerusalén había sido nuevamente conquistada por los musulmanes en 1187. Viose entonces que los templarios habían perdido gran vigor para la lucha y que se dedicaban a ocupaciones bien distintas a las prescritas en los estatutos de la orden, pues principalmente se dedicaban a banqueros de reyes y de particulares. 
Fueron estas grandes riquezas lo que dio origen a que a principios del siglo XIV reinará en Francia Felipe IV (llamado El Hermoso) sintierase este rey tentado de apoderarse de tales riquezas; pero tropezó entonces con la tenaz resistencia del Pontífice Bonifacio VIII que le impidió realizar sus proyectos. Pero a la muerte de este Pontífice, como en aquella época en los consistorios para el nombramiento del nuevo Papa intervenían emperadores y reyes, consiguió el rey francés fuese nombrado un papa de su nacionalidad. Fue este pontífice Clemente V del que se valió Felipe IV para trasladar a Avignon la sede Pontificia.

Papa clemente V. Foto Wikipedia
Había ese tratado en tiempos de la fusión de la Orden del Temple con la de los Hospitalarios que estaban mejor vistos por su mayor labor hospitalaria, pero el entonces Gran Maestre templario Santiago de Molay se opuso tenazmente a ello, alegando motivos en los cuales podía verse un gran egoísmo.
El rey francés apoyaba esta fusión pues acariciaba el proyecto de dar el maestrazgo de la nueva Orden a un hijo suyo. Y entonces fue cuando se inició el gran proceso contra la Orden del...