A principios del siglo XIII, durante una batalla contra los árabes, el capitán Pelay Pérez Correa, maestre de la Orden de Santiago, al ver que llegaba la noche y no obtenía la victoria, imploró a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén tu día!. Y cuenta la tradición que el sol se detuvo en el horizonte para permitir a las tropas cristianas la victoria. El maestre mandó edificar un templo para Santa María de Tentudía.
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Monasterio de Tentudía (Foto Emilio)
La leyenda sobre el Monasterio de Tentudía tiene su origen en el siglo XIII, durante la Reconquista, cuando el monarca Fernando III El Santo encargó al maestre Pelay Pérez Correa, de la Orden de Santiago, tomar a los sarracenos las sierras de la comarca de Tentudía.
Pintura al oleo de la batalla en el conventual Santiaguista de Calera de León (Foto Emilio)
A lo largo de la batalla decisiva, las tropas cristianas veían cómo se acercaba la noche y no conseguían su objetivo. El maestre, desesperado, imploró a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén tu día! Y la tradición dice que el sol se detuvo en el horizonte el tiempo suficiente para lograr la victoria.
Pintura al oleo del momento de la suplica a la Virgen en el conventual Santiaguista de Calera de León (Foto Emilio)
El maestre Pérez Correa mandó construir una pequeña ermita para honrar este milagro, bajo la advocación de Santa María de Tudía (Tentudía).
Pintura al oleo de la batalla en el conventual Santiaguista de Calera de León (Foto Emilio)
A lo largo de la batalla decisiva, las tropas cristianas veían cómo se acercaba la noche y no conseguían su objetivo. El maestre, desesperado, imploró a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén tu día! Y la tradición dice que el sol se detuvo en el horizonte el tiempo suficiente para lograr la victoria.
Pintura al oleo del momento de la suplica a la Virgen en el conventual Santiaguista de Calera de León (Foto Emilio)
El maestre Pérez Correa mandó construir una pequeña ermita para honrar este milagro, bajo la advocación de Santa María de Tudía (Tentudía).
El edificio original se fue ampliando en etapas sucesivas por los maestres de la Orden de Santiago. Con la construcción del Conventual en la localidad cercana de Calera de León, en el siglo XV, la zona se convirtió en uno de los centros más importantes de la Orden de Santiago. Y a principios del siglo XVI, el Eremitorio de Santa María de Tudía fue declarado Monasterio por el Papa León X, lo que supuso la adjudicación de grandes privilegios y el monasterio fue adquiriendo más importancia.
Foto Emilio
Foto Emilio
La Orden encargó en 1518 un retablo al prestigioso maestro azulejero Niculoso Pisano, de origen italiano pero afincado en Sevilla. Este retablo es probablemente uno de los elementos más importantes del monasterio en la actualidad.
En el retablo se puede apreciar una placa con la inscripción:
NICVLOSVUS PISANVS ME FECIT A.D.1518
NICVLOSVUS PISANVS ME FECIT A.D.1518
La Vicaría de Tudía comprendía nueve pueblos de la zona y a mediados del siglo XVI se creó un Colegio de Letras (humanidades) que estuvo en funcionamiento hasta principios del siglo XIX, época en la que el Monasterio fue perdiendo influencia y el edificio fue cayendo poco a poco en estado de abandono, cercano a la ruina en algunas ocasiones.
La imagen de la Virgen de Tentudía, de las llamadas de candelero, data del siglo XVIII. (Foto Emilio)
La parte exterior del edificio, de aspecto robusto, ha sufrido modificaciones y restauraciones diversas a lo largo del tiempo. En el interior destaca el claustro de estilo mudéjar, datado a principios del siglo XVI.
Claustro del Monasterio de Tentudía (Foto Emilio)
El claustro da acceso a la iglesia del Monasterio y a diversas dependencias. El centro del patio alberga un aljibe. Vista del patio y parte del claustro del Monasterio de Tentudía Al Monasterio de Tentudía se accede desde Calera de León, a través de una carretera local que asciende hasta el Pico de Tentudía, a unos 1100 metros de altura.
Vistas desde el Monasterio de Tentudía (Foto Emilio)
Las vistas desde lo alto del Pico de Tentudía son espectaculares.
La imagen de la Virgen de Tentudía, de las llamadas de candelero, data del siglo XVIII. (Foto Emilio)
La parte exterior del edificio, de aspecto robusto, ha sufrido modificaciones y restauraciones diversas a lo largo del tiempo. En el interior destaca el claustro de estilo mudéjar, datado a principios del siglo XVI.
Claustro del Monasterio de Tentudía (Foto Emilio)
El claustro da acceso a la iglesia del Monasterio y a diversas dependencias. El centro del patio alberga un aljibe. Vista del patio y parte del claustro del Monasterio de Tentudía Al Monasterio de Tentudía se accede desde Calera de León, a través de una carretera local que asciende hasta el Pico de Tentudía, a unos 1100 metros de altura.
Vistas desde el Monasterio de Tentudía (Foto Emilio)
Las vistas desde lo alto del Pico de Tentudía son espectaculares.
Se puede apreciar gran parte de la comarca, con los paisajes de dehesas y las...
sierras típicas del sur de Badajoz -http://www.viajarporextremadura.com/cubic/ap/cubic.php/doc/El-Monasterio-de-Tentudia-293.htm#sthash.Mm7Mh9Wn.dpuf
sierras típicas del sur de Badajoz -http://www.viajarporextremadura.com/cubic/ap/cubic.php/doc/El-Monasterio-de-Tentudia-293.htm#sthash.Mm7Mh9Wn.dpuf
Dentro de la iglesia del monasterio pueden verse además del sepulcro del Gran Maestre D. Pelay Pérez de Correa los de otros Maestres Santiaguistas:
Foto Emilio
Foto Emilio
En el pueblo de Calera de León le dedicaron esta placa:
¿Pero quién fue Pelay Pérez de Correa ?
Hay en Triana (Sevilla) una preciosa calle dentro de la zona más antigua del barrio, la calle Pelay Correa, pero ¿quién fue este personaje cuya historia ha merecido una calle en nuestro barrio?
Don Pelay (o Pelayo) Pérez Correa fue un personaje aureolado por lances, hechos y hazañas extraordinarias, merecedor de renombre y fama inmortal tanto por su diestro uso de la espada, como por su prudencia y sabiduría.
Miembro de una ilustre familia portuguesa, siendo muy joven se trasladó a Castilla para ingresar como caballero en la Orden de Santiago.
Hombre muy devoto y temeroso de Dios a la usanza de la época, fue elegido maestre de la Orden monástico-militar de Santiago en 1242. Con él la Orden conoció su máximo esplendor.
Su capacidad de entrega y su prestigio militar le hizo ser requerido por los reyes de Castilla y Portugal, de modo que entre los dirigentes políticos y militares que acompañaban a Fernando III en la conquista de Sevilla se encontraba el maestre de Santiago Pelay Correa.
Uno de los mayores logros de su carrera militar aconteció precisamente en la toma de Sevilla entre otras cosas porque su influencia hizo decidir al rey poner cerco a la ciudad para poder conquistarla.
Pelay Correa tuvo a su cargo el cerco del arrabal de Triana.
Triana, bien defendida por su castillo, ejercía de Guarda de Sevilla. Provisto de catapultas, pedreras y pasadores, hostigaban las naves y las tropas cristianas.
Don Pelayo despejó la margen derecha del río Guadalquivir para los ejércitos del rey Fernando, pero quedaban Triana y su castillo, “llave del Aljarafe”.
Conociendo la importancia que tenían tanto el castillo como el arrabal para Sevilla y que si no lo tomaban no caería la ciudad, el castillo sufrió las celadas y los feroces ataques de las tropas castellanas dirigidas por el maestre durante el largo asedio debilitándolo. Incluso Pelay Correa junto con el príncipe Don Alfonso, intentaron volar el castillo de Triana valiéndose de una mina aunque sin conseguirlo ya que los moros, que tampoco eran tontos, hicieron una contramina y neutralizaron el propósito.
Cuando el 22 de diciembre, se produce la entrada triunfal de los cristianos en la ciudad, el primer estandarte que ondea es el de la Orden de Santiago y el cual estaba bendecido por el Papa. Pelay Correa llevando en su mano el estandarte de su Orden santiaguista, entra como alférez real en la ciudad de Sevilla, abriéndose paso entre las multitudes asombradas.
Pelayo Pérez Correa alcanzó una fama como caballero de élite casi comparable a la del Cid Rodrigo Díaz.
Azulejos representando al Maestre Pelay Pérez de Correa en el monasterio de Tentudia (Foto Emilio)
Afianzó esta fama la leyenda de un milagro, que el maestre habría conseguido con sus rezos a Dios y a Santa María:
Durante el sitio a Sevilla cuenta la leyenda que 270 caballeros con su maestre a la cabeza, se adentraron demasiado en la sierra y les cogió la noche sin haber logrado derrotar completamente a los enemigos. Por mediación de sus oraciones y súplicas pidió a la Virgen que les diera unas horas más de sol y así tener tiempo de ganar la batalla trabada con los musulmanes en la actual zona de Llerena. Imploró a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén tu día!. La Virgen Santa María le escuchó y mandó detener el curso del día, el sol se paró en el horizonte hasta que consiguieron vencer y expulsar a los moros de aquellas montañas.
En recuerdo de éste y otros hechos milagrosos, se fundará luego el monasterio de Santa María de Tentudía que aún da testimonio del suceso.
También recoge la tradición otro suceso milagroso del que fue protagonista Pelayo Pérez Correa durante el sitio a Sevilla conseguidos por la fuerza de su fe: el del llamado “Manantial de la Amistad”. Según la leyenda, estando el maestre recobrándose de una herida de flecha enemiga, al no tener agua el campamento en pleno verano sevillano, pasó una sed espantosa, mitigada por la intervención del moro Omar, un médico musulmán que cuidó y curó al maestre.
Cuando por fin D. Pelayo se sintió completamente sano, agradeció los cuidados de Omar y le nombró caballero personal, manteniendo una verdadera amistad. No obstante, esta amistad no era bien vista por algunos y al poco, Omar fue asesinado por unos soldados.
Ante la tumba de Omar, don Pelayo rezaba así:
“¡Descansa en paz, amigo Omar, que tu Dios Alá te de la gloria! Ojalá llegue el día en que los hombres puedan vivir juntos, sea cual sea su dios y su color”.
Clavó su espada en tierra y de la brecha brotó un manantial inagotable que aún hoy existe (**). El manantial abasteció sobradamente las necesidades del ejército de Fernando III, pudiendo tener agua durante los meses de asedio a Sevilla sin ninguna escasez.
Si meritoria fue la colaboración de don Pelayo y de la Orden de Santiago con el rey Fernando en la conquista de los territorios andaluces, no menos valiosa lo fue para el sucesor, Alfonso X, quien otorgó a su Orden de caballería, cartas y privilegios varios.
Sepulcro del gran Maestre de la Orden de Santiago D. Pelay Pérez de Correa (Foto Emilio)
Don Pelayo Pérez Correa, conocido en Triana como Pelay Correa, está enterrado en el monasterio de Tentudía, en cuyo muro izquierdo del altar mayor hay un sepulcro con la siguiente inscripción en caracteres góticos:
”Aquí iaze el gran maestre de Santiago Pelai Perez Correa”.
Detalle de la lápida del sepulcro del gran Maestre de la Orden de Santiago D. Pelay Pérez de Correa (Foto Emilio)
Tanto el altar como los laterales están ilustrados con azulejos vidriados mudéjares del artista italiano afincado en Triana, Niculoso Pisano del año 1518.
(**)El manantial está en lo que es hoy Bellavista
Elaboración propia: El Diario de Triana
(*)Recorte de la foto donde se puede apreciar una "sombra curiosa" apoyada en la base del arco del fondo a la izquierda.
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